A propósito de la conmemoración por el temblor de 1985 y lo sucedido en el Distrito Federal entonces, José Emilio Pacheco escribió Las ruinas de México (Elegía del retorno), texto que puede ser consultado en:
Les propongo que revisen el texto, elijan una de las muchas partecitas que lo constituyen, la transcriban y la comenten.
Ojalá se animen.
Estimada Queridita. Siempre es muy grato saludarla desde este espacio de comentarios del “blog” del Círculo de lectura Colibrí. Yo escogí el fragmento II.4 del poema:
ResponderEliminar“Para talar un árbol de cierta edad no empieces por el durísimo tronco:
primero corta las raíces, el cordón que ata el árbol a la tierra,
madre, sustento y memoria. Para que exista el árbol ha de haber tierra, para vivir necesitamos aquello que derribó el inmenso hachazo en segundos”.
El 19 de septiembre de 1985 a las 7:19 horas, se produjo un sismo en las costas de Michoacán y Guerrero que causó gran destrucción en algunos Estados del país y afectó especialmente a la ciudad de México D.F. La magnitud del sismo fue entre 7.8 a 8.1 en la escala sismológica de Richter y duró aproximadamente dos minutos, causando más de diez, veinte o treinta mil muertos (nunca se sabrá con exactitud), destruyendo o dañando una gran cantidad de edificios públicos y privados, colapsando los servicios de salud pública y emergencia de la capital, interrumpiendo las comunicaciones electrónicas entre México D.F. y el resto del país y el mundo y suspendiendo los servicios de agua y energía eléctrica en muchas delegaciones políticas de la ciudad de México. Después de la sorpresa, el miedo y la incertidumbre entre los habitantes de la ciudad y ante el desconcierto del gobierno federal y el de la capital, brotó entre los habitantes de la ciudad de México un sentimiento de solidaridad humana como nunca se había visto en México, animando a los habitantes a tomar la iniciativa para intentar la búsqueda y el rescate, solo con las manos, de sobrevivientes entre los escombros de los edificios caídos o colapsados, a pesar de los cercos impuestos por el ejercito a los edificios destruidos o dañados. Al mismo tiempo, los habitantes se organizaron en otras faenas para ayudar a apagar incendios, agilizar el transito vehicular en las calles, trasladar a los heridos a los hospitales, llevar agua y comida a los rescatistas, a integrarse en brigadas y a ayudarse mutuamente en lo que se necesitara. Ante la magnitud de la tragedia, el gobierno federal, encabezado por el Presidente Miguel de la Madrid, intentó manipular la escasa información y declarar la autosuficiencia de México y rechazar la ayuda internacional. El sismo o terremoto de México produjo mucho daño al centro económico y político de México: el Distrito Federal. Pero, además exhibió entre otras cosas la fragilidad del sistema político, económico y de comunicaciones centralizado de México ante una situación de desastre natural, la corrupción en la construcción principalmente de edificios públicos destinados a escuelas u oficinas de gobierno, las condiciones laborales de muchas mujeres trabajadoras de la industria textil, la inexistencia de un sistema de protección civil emergente para la población, y un manejo confiable y certero de la información en los medios de comunicación.
De aquí que puedo decirle estimada Queridita que para destruir a un país cómo México, con un sistema político rígido y centralizado, solo bastó que se produjera un sismo de dos minutos en la profundidad de las costas de Michoacán y Guerrero, a 400 kilómetros de la ciudad capital de México D.F., para cortarle al país, a la nación entera, su lazo con su capital, su sustento, su historia, su centro territorial. Y si México se incorporó de nuevo y plantó nuevamente sus raíces en el valle del Anáhuac para comenzar de nuevo la vida, fue por la iniciativa primeriza de solidaridad que desplegaron los citadinos y todos los mexicanos y “que derribó al inmenso hachazo en segundos”, animándolos presurosos a escarbar entre los escombros, solo con las manos, para intentar llegar al sitio de la voz quejumbrosa o palpar el cuerpo de una vida atrapada por la muerte hecha escombro y empezar el rescate de México y su nación, pese al cerco de la autosuficiencia y la soberbia de un sistema desconcertado que se cimbró y estuvo a punto de colapsar también.
Que esté bien. Un abrazo afectuoso.
Gracias, Fer querido.
Eliminarbuen día:
ResponderEliminaryo elegí el fragmento II 5 y 6,porque se refiere que suelo nos ayuda en varias cosas por ejemplo es que nos proporciona los alimentos,sostiene los edificios y nos desplazamos de un lugar a otro gracias a ella puede ser a pie y en automóvil,pero sino aprendemos a respetar su ciclo de vida nos puede ocurrir varios catástrofes como ejemplo los sismos,en cula en suelo no todo es seguro construir casas con gran resistencia.
gran disculpa la palabra en "cual no todo es seguro construir..."
ResponderEliminar¿Cuál es la relación entre los sismos y la construcción de casas?
EliminarHola escogí el fragmento II
ResponderEliminar1
Crece en el aire el polvo,llena los cielos.
Se hace de tierra y de perpetua caída.
Es lo único eterno.
Sólo el polvo es indestructible.
2
Avanzo, doy un paso más,
miro de cerca el infierno.
Muere el día de septiembre
entre la asfixia y los gritos.
Arañamos las piedras y brota sangre.
Todo el peso del mundo se ha vuelto escombro.
La palabra desastre se ha hecho tangible.
Se hundió la casa de papel, el cuarto de juegos
de un niño inexplicable que al despertar
aplastó sus cubitos de hojalata.
Pero no hay juego.
Sólo personas que se mueren,
gente que ha muerto, seres humanos
que si salieran vivos del tormento entre escombros
habrían dejado entre el montón de ruinas
brazos y piernas.
Nadie está a salvo.
Aun al quedar ilesos hemos perdido
nuestro ayer y nuestra memoria.
3
De aquella parte de la ciudad que por derecho
De nacimiento y crecimiento, odio y amor
puedo llamar la mía(a sabiendas
de que nada es de nadie),
no queda piedra sobre piedra.
Ésta que allí no ves, que allí no está
ni volverá a lazarse nunca, fue en otro mundo
la casa en que abrí los ojos.
La avenida que pueblan damnificados
me enseño a caminar.
Jugué en el parque
hoy repleto de tiendas de campaña.
Terminó mi pasado.
Las ruinas se desploman en mi interior.
Siempre hay más, siempre hay más.
La caída no toca fondo.
4
Para talar un árbol de cierta edad
no empieces nunca
por el durísimo tronco:
primero corta las raíces,
el cordón que ata el árbol a la tierra,
madre, sustento y memoria.
Para que exista el árbol ha de haber tierra.
Para vivir necesitamos aquello
que derribo el inmenso hachazo en segundos.
5
Suelo es la tierra que sostiene,
el piso que ampara, la fundación
de la existencia humana. Sin él
no se implantan ciudades ni puede alzarse el poder.
"Los pies en la tierra"
decimos para alabar la cordura,
el sentido de la realidad.
Y de repente
el suelo se hecha a andar,
no hay amparo:
todo lo que era firme se viene abajo.
6
Dondequiera que pises no habrá refugio.
El suelo puede ser de nuevo mar, encresparse.
Hasta el muro más fuerte se halla en peligro.
No se alzan ciudadelas contra el terror.
Nuestra tierra no es tierra firme.
7
A los amigos que no volveré a ver,
a la desconocida que salió a las seis
para ir a su trabajo de costurera o mesera;
a la que iba a la escuela para aprender
computación e inglés en seis meses,
quiero pedir disculpas por su vida y su muerte.
Ruego que me perdonen porque nunca encontraron
su rostro verdadero en el cuerpo de tantos
que ahora se desintegran en la fosa común
y dentro de nosotros sigue muriendo.
Muerto que no conozco, mujer desnuda
sin más cara que el yeso funeral,
el sudario de los escombros, la última
cortesía del infinito desplome:
tú, el enterrado en vida; tú, mutilada;
tú que sobreviviste para sufrir
la inexpresable asfixia: perdón.
No pude darles nada.
Mi solidaridad de qué sirve.
No aparta escombros, no sostiene las casas
ni las erige de nuevo.
Pido, al contrario,
para salir de mis tinieblas,
la mano imposible
que ya no existe o ya no puede aferrar
pero se extiende todavía
en un espacio de dolor o en un confín de la nada.
Perón por hallarme aquí contemplando,
en donde estuvo un edificio,
el hueco profundo,
el agujero de mi propia muerte.
Descubrir este tipo de poesía es realmente interesante, porque con cada verso el autor logra transmitir tantos sentimientos y hechos
que para mí es como si me transportara hacia esa época y reviviera los acontecimientos tan trágicos que sucedieron, el hecho de que estas vivencias formen parte de la literatura, es un testimonio
palpable de lo que un poeta puede hacer con su experiencia y su talento describiendo un suceso de la naturaleza y las consecuencias que trae para la humanidad.
Así es, Luz querida. A través de la poesía un humano se une a otro humano, se reconoce en él y le da la mano.
EliminarLa única nota desafortunada es que, al transcribir los versos, en algunos casos cambiaste la escritura. Ojalá pudieras revisar todo con cuidado para dejarla como el poeta la quiso.
Elegí
ResponderEliminarAsí de pronto lo más firme se quiebra, se tornan movedizos concreto y hierro,
Imagino que aunque es una pequeña expresión encierra algo muy extenso, me lleva a imaginar grandes construcciones, edificios, que de parecer indestructibles, colapsan a efectos del sismo y como se mueven todas estas construcciones, una expresión a mi parecer muy profunda y catastrófica.
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ResponderEliminarGracias por el comentario
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